Apuntes de metafísica
¡Chicxs! Aquí tenéis los apuntes de la unidad de metafísica de 1º de Bachillerato:

0. EL PASO DE LA METAFÍSICA A LA ONTOLOGÍA
La metafísica se origina en la Grecia clásica como la pregunta por el ser (¿qué es el ser? ¿qué significa que algo "sea"?). Platón fue el primero en llamar filosofía al pensamiento sobre el ser, entendiendo "ser" por aquello que permanece frente al devenir, es decir, aquello que queda abstraído del tiempo. Esto deriva en la pregunta por la realidad, en tanto que se ha comprendido que la realidad tiene un carácter de "ser", en tanto que es aquello que "es" (que existe).
El término se remonta al S.XII d.C., cuando al catalogar las obras de Aristóteles, los textos misceláneos se colocaron más allá de los de física ("metafísica" = meta + physis / "más allá de la física). Aristóteles consideraba que existe una "ciencia universal" (la filosofía) que tiene un objeto de estudio diferente al de las "ciencias particulares" (el resto de los saberes) que estudian los atributos del ser, y no el ser en sí. Por tanto, la filosofía en tanto que metafísica nunca será una ciencia particular, ya que su labor es fundamentar los principios metafísicos sobre el ser que servirán de fundamento para las ciencias particulares.
Con todo, la tradición filosófica heredada de Aristóteles comprende que las ciencias son ónticas (en tanto que tratan de entes), mientras que la metafísica es ontológica (trata sobre el ser de los entes).
De esta manera, la tradición filosófica heredó esta forma de comprender el ser como algo abstraído del tiempo. Primero existe el ser, y luego cualquier concepción posterior, pero en el S.XIX, Kierkegaard retomó la sentencia de cartesiana de "pienso, luego existo". Esto supone que el ser humano es un ser que, por su naturaleza, es pensante, pero Kierkegaard considera que, para pensar, es necesario existir, y no al revés, por lo que la sentencia correcta sería "existo, luego pienso". Es decir, la existencia es previa al pensamiento, es previa al sujeto; la existencia humana es previa a cualquier objetivación.
Por tanto, es necesario pensar sobre la existencia humana, de manera previa a cualquier objetivación, esto es, previa a cualquier forma de conocimiento, porque antes del pensamiento, antes del conocimiento, está la existencia.
El conocimiento permite abstraer los objetos que pretende conocer del tiempo, pero la existencia es inseparable del mismo, en tanto que se existe en un momento y espacio determinados. Es por esto que, en el S.XX, autores como Husserl y sus discípulos (Heidegger entre ellos), retoman la pregunta por el ser, pero esta vez partiendo de que el ser, en cuanto aquello que existe, no puede pensarse sin la dimensión del tiempo. Es por esto que renombran el nombre de metafísica por el de ontología (palabra que etimológicamente remite a la pregunta por el ser), con el objetivo de desligarse de la tradición e iniciar de nuevo toda la pregunta por el ser.
Esta nueva ontología se basa en comprender que, si algo existe como algo en un momento determinado, se da cambio. Es decir, al conocer algo, nos aproximamos a ese objeto de conocimiento con una perspectiva determinada (ciencia, estética, etc.), se modifica cómo lo conocemos finalmente (como objeto científico, objeto estético, etc.). Estos paradigmas (la ciencia, la estética, etc.), son históricos, por lo que el ser de las cosas se establece como inmutable, pero es histórico, es decir, es temporal. Por tanto, la comprensión que tenemos del ser de algo es histórica. Así, la pregunta por el ser nunca ha sido respondida, porque se queda en el nivel óntico y no llega a resolverse, está estanca.
1. EL SER Y LA EXISTENCIA
Al preguntarse por el ser y la realidad, nos preguntamos sobre lo que existe, sobre qué es lo real. Es importante señalar que sólo el ser humano se realiza esa pregunta. Los animales, por ejemplo, tienen una interacción directa con las cosas del mundo que les rodea, sin necesidad de teorizar sobre qué es la realidad. Por tanto, la pregunta por la realidad es una pregunta elaborada a partir de la capacidad de razonamiento humana, por lo que es importante cuestionarse primero cómo es la existencia humana con el fin de comprender qué es la realidad y qué es el ser.
El ser humano existe de manera inmediata e intencional, es decir, al interactuar con el mundo, no reflexiona en primer lugar, sino que tiene un contacto con el mundo en tanto que útiles. Interactuamos con los objetos, cosas o personas del mundo según una necesidad y sin reflexión, porque de manera implícita, conocemos cómo satisfacer una necesidad (por ejemplo, si tengo sed y veo una botella de agua, la abro y bebo agua, sin pararme a reflexionar sobre mi necesidad [tener sed] y la utilidad de la botella de agua [satisfacer mi necesidad de beber]). A esto se le conoce como nivel pre-ontológico de la existencia; el nivel pre-ontológico de la existencia es esta vivencia primera, anclada en el presente y sin reflexión o abstracción teórica. El nivel pre-ontológico de relación con la realidad es el de la interacción directa con los seres del mundo. Este tipo de vivencia es siempre intencional, en tanto que está siempre dirigida a algo (mi necesidad de beber agua está dirigida a beber agua de una botella). Lo mismo ocurre con el pensamiento, aunque lo veremos más adelante; siempre actuamos, reflexionamos o pensamos de acuerdo a algo.
A partir de esta vivencia primera, podemos realizar abstracciones y relaciones a nivel teórico. Es decir, a partir de mi experiencia con la botella de agua, puedo pararme a analizar qué es una botella de agua; un objeto con una forma determinada (forma de botella) que contiene agua, y así hasta niveles superiores. A este nivel de relación con la realidad se le conoce como nivel óntico. El nivel óntico de relación con la realidad es el de la interacción con objetos, no con seres. Los objetos se corresponden con la interpretación o abstracción teórica de un ser en concreto.
Entre el nivel pre-ontológico y el nivel óntico se encuentra el nivel ontológico de la existencia humana. En este nivel es en el que se formula la pregunta por el ser, pero no en cuanto a sus cualidades (no en tanto que objeto), sino la pregunta del ser en cuanto ser, es la pregunta "¿qué es el ser?", y es el nivel propio de la reflexión metafísica.
Entonces, hay que pensar el ser previo a cualquier adjetivación e inmerso en el espacio y en el tiempo (las condiciones de posibilidad de la experiencia en Kant). Autores como Kierkegaard ya plantean en el S.XIX que la existencia es lo primero de todo, es decir, para que algo sea, primero tiene que existir, y que existir en el tiempo y en el espacio de una determinada manera. Por ejemplo, señala el error de Descartes al decir que pienso luego existo, porque la realidad es que existo, luego pienso. Así, el existir es previo a cualquier objetivación. En el caso de la subjetividad humana, se existe primero, luego se es quien se sea, se tiene el cuerpo que se tenga, la conciencia, el pensamiento, etc. Todo eso viene después.
A partir de estas reflexiones, Heidegger, un filósofo del S.XX, señala que el pensamiento no se da antes del ser, sino que la noción de ser se da antes de cualquier conocimiento, de cualquier definición. Por tanto, las ciencias, cuya labor es la de conocer las propiedades de los objetos, son expresiones del conocimiento humano, pero que trabajan a nivel óntico, y no ontológico, como lo hace la filosofía.
La razón por la que a un nivel ontológico de interacción con el mundo somos capaces de realizar acciones que satisfacen nuestras necesidades se debe a que, socialmente, conocemos la utilidad de los objetos o las maneras de interactuar con el mundo (volvamos al ejemplo de la botella; en el contexto social en el que yo vivo, existen las botellas de agua y son utilizadas para beber agua, pero en el mundo de un perro no, por esto, un perro utilizaría la botella para, por ejemplo, jugar con ella). De esta manera, nuestra interacción con el mundo está determinada por nuestro contexto social, por nuestra educación, por lo que nuestra realidad es social.
LA SUBJETIVIDAD:
Ahora que sabemos cómo es la vivencia cotidiana humana, vamos a explicar el papel que tiene todo esto en la comprensión de nuestra identidad, de nuestro propio ser, que es el único medio que tenemos de interacción con el mundo.
Nuestra vivencia cotidiana es intencional, pero solo unos aspectos de ella se teorizan y se rescatan para constituir nuestra subjetividad (una persona realiza muchas acciones a lo largo de su vida, pero solo algunas, las que se consideran más relevantes y características, se rescatan y se recuerdan para teorizar que forman parte de la personalidad de una persona -un ejemplo muy claro de esto es el uso delas historias de Instagram, donde rescatamos unos momentos de nuestro día, los que consideramos más relevantes, y los compartimos con los demás, conformando nuestra identidad en Instagram-). Secuenciamos una serie de vivencias y son las que definen nuestra subjetividad.
A partir de estas nociones, podemos concluir que nuestra realidad está determinada por el contexto social en el que estamos inmersas o inmersos. Por lo tanto, la pregunta ¿qué es la realidad? Es una pregunta sumamente compleja.
En primer lugar, dado que nuestra interacción con el ser es inmediata y está anclada en el presente (volvamos al ejemplo de la botella), cualquier abstracción que realicemos nos lleva al nivel óntico de la experiencia con la realidad. Es por esto que Heidegger señala que, la realidad como tal, no es real, porque no puede ser abstraída del tiempo. Lo único que podemos comprender como real son nuestras vivencias inmediatas ("las cosas son reales, pero la realidad no lo es" - la realidad es un concepto, una abstracción teórica).
2. ONTOLOGÍA DE LA REALIDAD EN EL MUNDO CONTEMPORÁNEO
Teniendo en cuenta que nuestra relación con la realidad es una abstracción social, somos producto de una construcción social. En el mundo en el que vivimos, además, el problema es más complejo, ya que existe una "realidad doblada"; conviven la realidad material y la digital. La realidad digital posee un estatus de realidad tan válido como la material, en tanto que también "es". Además, nos afecta y nos constituye en la misma medida que la material. Un buen ejemplo son los medios de comunicación de masas y las redes sociales en tanto que desempeñan un papel fundamental en la construcción de nuestra realidad en varios sentidos:
EN TANTO QUE "VEHÍCULO ESTÁTICO":
Los medios de comunicación se han convertido en una especie de sexto sentido. Percibimos la realidad a través de ellos, nos ponen en contacto con la realidad. El sujeto está vinculado a mecanismos que le permiten conocer la realidad en tiempo real, saber lo que está sucediendo al otro lado del planeta, recibir informaciones de los lugares más lejanos. Podemos decir que "vivimos a velocidad luz", podemos viajar por el planeta en tiempo real. Baudrillard, un filósofo y sociólogo contemporáneo, afirma que los sujetos nos hemos convertido en "terminales de múltiples redes". Paul Virilio, un teórico cultural contemporáneo, afirma que el ser humano siempre ha buscado estrategias para moverse por el territorio de la manera más rápida (domesticación de los caballos, invención de la máquina de vapor, aviones...), pero el gran invento humano ha sido el vehículo estático. Hoy en día, estando sentado, recorres el planeta. Donna Haraway, una autora contemporánea, defiende que nos hemos convertido en cyborgs. El cyborg contemporáneo vive en un todo con las tecnologías, que cambian nuestra vida en tanto que constituyen nuestra realidad, y es imposible desprenderse de ello.
EN TANTO QUE TRANSMISORES DE INFORMACIÓN:
Se nos transmite la idea de que los medios de comunicación son reproductores de la realidad, y entonces les concedemos crédito. Lo que aparece en un medio de comunicación se convierte en real. Bordieu, un filósofo del S.XX, defiende que los medios tienen "efectos de real", aquello que aparece en los medios de comunicación, es real. Le podemos dar la vuelta: lo que no aparece en ellos, no existe, queda invisibilizado. En primer lugar, no nos cuentan todo lo que sucede, es imposible, los medios seleccionan qué decir. Judith Butler, filósofa contemporánea, afirma esto en su obra Marcos de guerra, al explicar cómo los medios de comunicación, al transmitir una noticia de, por ejemplo, un fallecimiento en occidente, como occidente es la zona privilegiada del mundo, a esa persona fallecida se la identifica con nombre y apellidos, mientras que, por ejemplo, al transmitir noticias sobre guerras en países no occidentales, las muertes se presentan como cifras, no como nombres, deshumanizando a aquellas víctimas. Este ejercicio de selección de presentación del mundo en el que "unas vidas se presentan con más valor que otras", es un ejercicio de ideologización, en tanto que nos transmite la idea de que en nuestra realidad existen unas vidas (las occidentales) con más valor que otras (aquellas que viven en lugares geográficos menos privilegiados). A esto se le conoce como el "marco" o la "ventana" mediática. Además, los medios de comunicación han dado un paso más allá en el sentido en que crean realidad, producen realidad, pueden permitirse generar realidad a través de un marco, es decir, presentar acontecimientos como existentes, que no han sucedido. Se conoce como "simulacro". El simulacro es un procedimiento muy utilizado en los medios de comunicación, con el que se consigue generar un estado de opinión en la gente, es decir, construir nuestra realidad de acuerdo a unos intereses políticos de manera que la gente piense según los intereses de quien promueve la información. Berkeley afirmó en el S.XVIII que "esse est percipi": ser es ser percibido. Solo existe lo que se percibe a través de los sentidos, y en nuestro mundo, tenemos un sexto sentido de percepción, aquél que nos permite conocer la realidad digital. Borges y Casares en 1967 le dieron la vuelta a la frase: consideramos lo que se percibe como real. Se crea una realidad que hace que los sujetos actuemos como si esa realidad hubiera existido en un ejercicio de ideologización.
Esto tiene varias consecuencias:
LA DE LOS HÁBITOS Y DE LAS PRÁCTICAS DE LOS SUJETOS: Los programas que sabemos que son ficción, especialmente el cine, las series, también son un instrumento bastante potente de transmisión de valores y actitudes. Cuando contemplamos una película o vemos una serie, vemos que hay una serie de valores y comportamientos que nos están siendo transmitidos y con los que nos podemos sentir identificados. El entretenimiento es también un instrumento de producción de sujeto, de realidad. Mas en los últimos tiempos en los que el capital a descubierto en los adolescentes un mercado brutal, y, además, con un objetivo ideológico claro. El capitalismo siempre se ha caracterizado porque tiene que crecer y su expansión ha sido mucho tiempo de gorma geográfica. Pero, una vez globalizado el mercado ya no tiene a donde ir. Geográficamente tiene sus límites, con lo cual, ha buscado la expansión en sectores de la producción. Antes no se consideraba a los jóvenes potenciales consumidores, cosa que si ocurre en la actualidad (grupos musicales para adolescentes).
LA DE LA PUBLICIDAD: Nuestra sociedad es, sin lugar a duda, una sociedad de consumo que sobrevive gracias al consumo masivo que realizamos los sujetos. La publicidad es la estrategia utilizada por los medios de comunicación para incentivar el consumo en los sujetos. En los últimos treinta años la publicidad ha pasado de ser una publicidad "descriptiva" a "narrativa"; antes la publicidad hablaba de las características del objeto, en la actualidad, la publicidad no habla del objeto, sino del sujeto que consume el objeto. Los anuncios son pequeñas narraciones donde se ve la vida de aquel que consume el objeto publicitado. Nos está incentivando a consumir no por la necesidad del objeto, sino por los efectos que producirá en la vida del sujeto; nos está construyendo necesidades. Los medios de comunicación son el medio fundamental de construcción de realidad en la sociedad contemporánea. Se utiliza para construir realidad precisamente porque los medios de comunicación son seductores. Vivimos en una sociedad de la seducción. Esa seducción es la garantía de nuestra identificación con la sociedad en la que vivimos. La publicidad es capaz de crear una necesidad real en nosotros, un deseo, que sin la publicidad quizá nunca hubiéramos tenido.